
Principio 9 Por qué la religión sola no basta
Aunque en la Torá se encuentran todas las verdades, nosotros hemos perdido nuestra visión. Aunque hemos estado aprendiendo Torá y Musar (Ética), nuestros anteojos están “rotos”. Y entonces, antes de poder recurrir una vez más a la Torá en busca de ayuda, necesitamos aprender lo que significa ser un ser humano. ¿Puede alguien estudiar de Libros de Ética antes de saber el abecedario?
El programa de 12 Pasos y 12 Tradiciones (págs. 31 y 32) explica por qué las personas religiosas, que siempre creyeron que tenían fe en D’os y que en el pasado le pidieron ayuda a D’os infinidad de veces, no pudieron liberarse de la garra de la adicción:
La respuesta tiene que ver con la calidad más que con la cantidad de la fe. Este ha sido nuestro punto débil. Pensábamos que éramos humildes cuando en realidad no lo éramos. Pensábamos que éramos responsables en cuanto a nuestra práctica religiosa cuando, en una autoevaluación, nos dimos cuenta de que nuestra práctica era sólo superficial. O, dirigiéndonos al otro extremo, nos sumimos en el sentimentalismo y lo tomamos como si fuera un verdadero sentimiento religioso. En ambos casos, estuvimos pidiendo algo a cambio de nada. El hecho fue que nuestra “casa” no estaba limpia para que la gracia de D’os pudiera entrar en nosotros y eliminar la adicción. Nunca hicimos –en un sentido lógico y profundo— una evaluación de nosotros mismos, nos reconciliamos con aquellos a los que les hicimos daño o dimos a otro ser humano sin pedir nada a cambio. Ni siquiera rezamos como es debido. Siempre dijimos “Cumple mis deseos”, en lugar de decir “Cumpliré Tu voluntad”. En ningún momento preguntamos cuál era la voluntad de D’os para con nosotros; en cambio, nos las pasamos diciéndole lo que debería hacerse. No entendimos para nada lo que significa el amor entre D’os y el hombre. Es así que nos engañamos a nosotros mismos durante todo ese tiempo, y no pudimos recibir suficiente gracia de D’os que nos regresara a la santidad. La creencia (en D’os) significa dependencia, confianza. En Alcohólicos Anónimos, vemos los frutos de esta creencia: hombres y mujeres se vieron librados de la catástrofe final a la que conduce el alcohol. Los vemos enfrentarse y trascender sus otros dolores y situaciones difíciles. Los vimos aceptar calmadamente situaciones imposibles, sin salir corriendo ni hacer recriminaciones. Esto no sólo era fe; sino que era fe que funcionó bajo todas las condiciones.
Un adicto (de nuestro foro) explicó el término de “Casa limpia”, el cual es muy utilizado en Alcohólicos Anónimos:
Es importante reconocer que nuestro verdadero problema es que el dolor que tenemos en nuestra vida nos hace vulnerables a la adicción. La adicción es la automedicación al problema, y no el problema mismo. Este dolor es causado por un “muro” en nuestra
relación con Hashem y en nuestras relaciones con muchas otras personas en nuestras vidas. Para eliminar ese dolor, tenemos que derrumbar los muros. Los muros no son como siempre creímos, es decir, cosas que Hashem nos hizo a nosotros o cosas que otras personas nos hicieron; los muros en realidad están construidos con los defectos de nuestro carácter que hemos inyectado en todas estas relaciones que fuimos entablando. Y la única forma de detener el dolor es hacer un verdadero jeshvón hanéfesh (cuenta personal) de aquellos defectos de carácter, aceptar que necesitamos de Hashem para eliminar nuestros defectos, y pedirle a Él que lo haga. Recién entonces vamos a poder reparar nuestros defectos de carácter con honestidad para que ya no actúen más como un muro en nuestras relaciones, tanto humanas como con Hashem.
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